miércoles, 18 de mayo de 2011

Teatro

Existe un Teatro que intenta alcanzar lo sagrado. Que crea y no re-crea. Que no reproduce y tampoco imita, sino que es. Ese teatro, como dice Peter Brook, vuelve visible lo invisible. Tangible lo intangible. Nos pone en contacto con otras realidades, o quizás, con otras dimensiones de nuestra realidad. Abre compuertas secretas de nuestra percepción y nuestra conciencia, nos atrae o nos repele, pero nunca nos deja indiferentes. Le quita el sueño a quien lo busca, y está bien que así sea, pues es un Teatro para despertar. Hablamos de un teatro ritual, que abra un espacio-tiempo extracotidiano que permita religar nuestros fragmentos y nos otorgue sentido. Creemos en un Teatro que transforma. Y caminamos en busca de él. Perdidos del origen y de toda certeza, avanzamos sosteniendo preguntas por la vía del intento. Que nos guíe la inquietud