Siempre los padres buscan lo mejor para sus hijos. Lo que a veces
desconocen es que lo que entienden por mejor o más conveniente, a
veces no se condice con lo que los hijos pretenden Así, bajo el manto
del amor y las mejores intenciones, inconscientemente se asesinan los
sueños e ilusiones de millones y millones de jóvenes.